
Y no me refiero en este caso al histórico o artístico. Me refiero a lo que es de todos (y no es de nadie, dicen algunos). Son bastantes los edificios, sobre todo del casco antiguo de la ciudad de Cáceres los que presentan desperfectos o destrozos que han ido requiriendo la apertura de expedientes de disciplina urbanística.
Cuando se ve una información publicada sobre la materia, además de ilustrarse con la foto de un edificio en este caso sito en la calle Corte, se echa en falta la fotografía de algún inmueble de titularidad pública. O casi.

Hace poco, el Ayuntamiento nos sorprendió, con los primeros pasitos de la aspiración a capital cultural europea, informando que la ruinosa ermita de Santo Vito se convertirá en un museíno de nada. Es de considerar que uno de los expedientes de Disciplina Urbanística será sobre la ermita citada.
Como de vez en cuando me viene bien dar un pequeño paseo por alguna parte recóndita de la ciudad, atravesé el Parque del Rodeo, pensando en que a lo mejor podría refrescarme en el coqueto kiosco que lo decora.

El mismo decorado en el que seguí, creo, una Eurocopa y un Mundial, waka waka, que dio lugar a un desenfrenado saltar y chapotear en el lago, pero me encontré con algo mucho peor a que dicho kiosco hubiera desaparecido, sino a un kiosco en un lamentable estado de conVersación, ya que lo único que se conserva es algo, muy poco, de lo que fue.
Una lección aprendida sobre el estado en que se encuentra el citado tenderete sería que nunca, jamás, en ningún caso, se incluirá en la urbanización de un parque un chamizo para que los usuarios puedan refrescarse.

El mal estado en que se encuentra solamente admite dos opciones: su demolición completa desde su raíz, o que, como en el caso de la Ermita de Santo Vito, crear un museíno.
Si en santo Vito se honrará con paneles explicativos de las fiestas locales, en el de El Rodeo bien podría dedicarse a los inicios del fútbol en la ciudad, recordando el campo de tierra, donde jugaba el equipo local de Las Arenas.
Vale.



