Ayer, lunes, 28 de abril, al poco, muy poco de conocerse que el apagón era el gran apagón, miss Ciempozuelos, sin duda aconsejada por la botella borracha, pidió al “gobierno de Sánchez” (no al gobierno de España, no, al gobierno de Sánchez) que declarara el Nivel 3 de emergencias para poder poner al Ejército en la calle para controlar todo.
Ella, ignara, no sabía, porque su consejero espirituoso no se lo dijo, que en el momento en el que el Gobierno de la Nación aceptara su petición, la gestión de la crisis la asumiría directamente este.
La presidenta de Madrid quería aparecer, inmediatamente, como la salvadora de los efectos o daños que el gran apagón y ponerse al frente de los Ejércitos. Esa, y no otra, era su pretensión. Sacar tanques a la calle, aparcarlos en la Puerta del Sol y emular a gran Yeltsin, icono declarado de su consejero etílico.
No contaba la presidenta con dos cuestiones: la primera, que el farol iba a ser seguido, a pies juntillas, por Moreno Bombilla y Guardiola, que parecía interpretar aquella canción de su homónimo, que decía “Di mamá…”
La segunda, su órdago lo lanzó en la creencia de que, como otras de las muchas chorradas que suele vomitar en sus insanos discursos, no iba a ser aceptada por el Gobierno de la Nación, y ya tendría cuerda para sus ejercicios de incontinencia lenguaraz.
Su órdago, al ser aceptado por el Gobierno lo que hace es demostrar que está incapacitada para gobernar ni una corrala.
Además, el seguidismo que hacen en el PP de los designios de su lideresa (Feijóo es un cero a la izquierda) ha dejado al descubierto la incapacidad tanto de la iletrada madrileña como Moreno Bonilla o María Guardiola para gestionar nada de sus comunidades autónomas.
Ahora, cuando el ministro del Interior comience a fijar las líneas por las que las actuaciones derivadas del Nivel 3 de las Emergencias deben discurrir, veremos si Natividad, Juanma o María se avienen a las decisiones a tomar, ya sea en el orden civil como, si fuera necesario, en la participación de los Ejércitos en la gestión de la crisis, o si sacan los pies (o las patas) del tiesto.
Vale.



