Mientras que en Extremadura y Cáceres los dos partidos de extrema derecha se pelean por nimiedades, dejando las cuestiones reales para otro día, el PSOE ha devenido en árbitro para aprobar los presupuestos autonómicos y locales.
A nivel estatal no parece que vaya a haber presupuestos generales del Estado porque ni PP ni Vox están por la labor, y la derecha de Neguri y la burguesía de los barrios altos de Barcelona, están a lo suyo, a defender las plusvalías de bancos y energéticas.
Hoy, todas las derechas reaccionarias (PNV y Junts) y las fascistas (PP y Vox) han acordado hacer daño al gobierno pegando hostias en las espaldas de los ciudadanos: pensionistas, asalariados, viajeros de los transportes públicos, los amenazados de desahucios…
Hoy, esas derechas han decidido que los pensionistas no tienen derecho a la subida conforme al IPC de las pensiones a las que tras muchos años de trabajos tienen derecho. Hoy, las derechas más reaccionarias de Europa, más fascistas de Europa, privan a los pensionistas de un derecho ganado con el sudor y el trabajo.
En Extremadura y en Cáceres, las peleas de machitos entre PP y Vox (la misma mierda son) tienen parados los presupuestos para este año. Y tanto en Mérida como en Cáceres esperan que sea el PSOE el que los facilite.
Si estos días, el PSOE de Extremadura facilita la aprobación de esos presupuestos, estará traicionando a los trabajadores. El PSOE de Extremadura y de Cáceres debe hacer valer sus votos y tumbar en lo que pueda esos presupuestos.
Que se peleen entre Vox y PP (la misma mierda es) y ver si con suerte se degüellan.
El PSOE de Extremadura y el de Cáceres deben devolver a las derechas, en junta correspondencia, el voto que hoy, haciendo daño, mucho daño, a pensionistas, a trabajadores, a quienes sufren o tienen sobre sí la espada de los desahucios.
Vale.



