Archivos para September 30, 2024

Arranca el EIA del documento PREMIAdo con unos apartados dedicados al litio, su evolución histórica, su importancia estratégica para Europa… Pudiéramos decir, no obstante, que existen algunos rasgos que dentro del EIA hacen que resulten llamativos.

De hecho, es realmente interesante que la información sobre el mercado del litio finalice en 2022, en el momento más alto del precio del mineral y sus derivados (hidróxido, carbonato, espomudeno…) y, sin embargo, en octubre de 2024 en que nos encontramos, la caída del precio, es cuando los especuladores australianos han decidido trasladar al sicariato de Cáceres la gestión completa (es un decir) y directa del proyecto. Mientras tanto, serán los canguros los que seguirán especulando en la bolsa de Sydney.

Actualmente, los precios del litio y sus derivados están tan bajos que han obligado a muchas mineras a modificar sus previsiones económicas, a despedir a trabajadores. Se calcula que a primeros de mes, la caída del precio alcanzaba a un 83%.

En cuanto a la importancia estratégica del litio para Europa, los hitos más reseñables llevan a los autores del EIA a centrar todos sus esfuerzos en la legislación sobre materias críticas y a la necesidad que tiene Europa en conseguir fuentes de abastecimiento “domésticas”, y ese punto de apoyo es referenciado en el EIA para establecer un único objetivo: el proyecto minero es absolutamente necesario e imprescindible. Vamos, que el punto de partida del EIA es tan, tan favorable que es lo que los dueños del proyecto esperan de los técnicos que firman (y cobran) por el encargo.

No se entiende que en el apartado de justificación para que se implante en el sitio de Valdeflores la actividad minera que se pretende, no se tenga en cuenta la estrechísima cercanía con la ciudad de Cáceres. Y menos aún la simple y rutinaria exposición de motivos en el EIA. Es del todo incomprensible que la censura de párrafos o datos generales, realizada por la minera, por muy colgada del 975/2009, de 12 de junio, se haya llevado a cabo “a granel”, y más incomprensible que haya podido hacerse sin la supervisión y el conocimiento del Malgobierno de la Junta.

Dado que las primeras páginas del Estudio de Impacto Ambiental que el jefe del sicariato cacereño al servicio de la especuladora australiana ha censurado, estimo, en justa correspondencia, colocar aquí su fotografía, obtenida de la propia web corporativa, y al lado las retribuciones que pasará a percibir a partir del 16 de noviembre próximo, cuando se aprueben en la Junta General de Accionistas.

Vale.

El proyecto presentado por la empresa subsidiaria Castilla Mining para conseguir permisos y PREMIAS de la Junta de Extremadura (y de paso ir sumando puntos para subvenciones), incluye un Estudio de Impacto Ambiental, en unas 590 páginas, con el logo de Infinity Lithium en la parte izquierda del encabezamiento de cada página, y la palabra “magma” completándolo. El pie de cada página, además de la numeración de estas, lleva el texto “ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL. Proyecto Valdeflórez (Cáceres)”.

En primer lugar, debe corregirse el topónimo “Valdeflórez”, denominándolo “Valdeflores”, que es el correcto.

Otra cuestión inicial, previa, es señalar que el documento que vengo manejando, sin posibilidad de OCR, está ampliamente censurado.

Parece ser que el sicariato minero de Cáceres, solicitó al Malgobierno de la Junta de Extremadura censurar el documento, el proyecto completo, para dificultar su análisis y conocimiento incluso por partes interesadas. Y, of course, el Malgobierno aceptó.

Por tanto, en esta y sucesivas entradas en la Cerca, vamos a trabajar con datos hurtados a nuestra vista, de manera que cuando nos topemos con alguna mancha negra, adoptaremos una de estas dos posturas: señalar desconocimiento, o inventarnos datos y conceptos, para que el oscurantismo se vuelva contra los censores y los cargos políticos que los consienten.

En una entrada anterior, recogía el siguiente párrafo: “Hay un Real Decreto, el 975/2009, de 12 de junio, sobre gestión de los residuos de las industrias extractivas y de protección y rehabilitación del espacio afectado por actividades mineras que dice, textualmente: La información sensible de carácter puramente comercial, como la relativa a las relaciones entre empresas y sus costes desglosados, el volumen de reservas minerales de importancia económica, etc. no se hará pública.”

Pues bien, el Estudio de Ambiental culmina con la frase (repetida dos veces) “este documento ha sido redactado por un equipo multidisciplinar formado por los siguientes profesionales” y luego la página se va a negro.

Creo que los nombres de los redactores del EIA no pueden, ni de lejos, incluirse bajo el manto del R.D. 975/2009, de 12 de junio, y no pueden considerarse información sensible.

Así, al menos dos de los redactores del EIA bien pudieran ser los propietarios de la empresa MAGMA Soluciones Ambientales, S.L., con C.I.F. B37476827, cuya sede social esta en la Calle Ronda de las Afueras, 1, Planta 1 B. de Castellanos de Moriscos, Salamanca, código postal 37.439, teléfono 923 361420 y email magmasolucionesambientales@gmail.com.

Los propietarios según el Registro Mercantil, al que se puede acceder en sus datos básicos a través de páginas especializadas, Juan Manuel Piñeiro González y Raquel Alonso Escudero.

El Ayuntamiento de Castellanos de Moriscos incluye periódicamente informaciones o entrevistas con empresarios de la localidad. El 28/12/2018, la entrevista se realiza a los propietarios, Juan Piñeiro y Raquel Alonso, que responden a un amplio cuestionario y que son fotografiados en su lugar de trabajo.

Con los datos anteriores y la fotografía adjunta, copiada de la web de Castellanos de Moriscos, creo que una parte del equipo multidisciplinar redactor del EIA queda ampliamente conocida, mucho mejor que el manchón de tinta negra.

Vale.

La ciudad de Cáceres, es dos veces milenaria, años que se contemplan en las torres, en las murallas que alcanzaron la declaración de Patrimonio Mundial en 1986, y que tiene en sus tierras, suelos y subsuelos elementos que demuestran la presencia humana en, al menos, sesenta y cinco mil años.

Esos miles de años que nos dan a los cacereños nuestra razón de ser están en peligro, en el peligro de ser borrados por la apetencia de especuladores que ignoran nuestra historia y la ceguera de nuestros gobernantes. Gobernantes que hemos elegido, pero no para llevarnos a un desastre.

¿Qué garantías se perciben en el proyecto presentado y PREMIAdo por nuestros gobernantes de que no alterará nuestra historia, nuestros miles de años?

La ciudad Patrimonio de la Humanidad se asienta en unas suaves colinas que son la continuidad física con la llamada Sierra de la Mosca, formando parte de esta. Y es en la citada sierra donde quieren enclavar la mina.

En esas suaves colinas se asentaron los romanos, que la amurallaron junto a un a fértil ribera, en la que luego los musulmanes construyeron su ciudad, su mezquita, sus palacios, aprovechando los asientos de piedras romanas. También construyeron sus casas los judíos, antes de su expulsión, y finalmente los cristianos, que forjaron la historia, sobre cimientos romanos, torres almohades, iglesias cristianas.

Pero antes, antes de los romanos, los árabes, los judíos, los cristianos, hubo unos primeros pobladores, que se asentaron justo al lado de las suaves colinas y en el llano antes de la Sierra de la Mosca. Aquellos primeros pobladores entendieron que tenían la oportunidad del agua subterránea, para buscar el abrigo de las rocas para resguardarse en los tiempos fríos, o de láminas de agua en superficie.

Entre las rocas, en las que sentían abrigo y defensa ante animales más fuertes, podían acceder al agua, que, con el tiempo, era la misma agua que durante muchos siglos surtía desde el desaguadero de El Marco a la fértil ribera árabe, o que con el andar de los años sirvió para el abastecimiento de agua a una ciudad cada vez más creciente.

Aquellas rocas que cobijaron a los primeros pobladores se conocen hoy como las Cuevas del Oso (o del Conejar), de Santa Ana, de Maltravieso, siendo en esta última donde se han datado por la ciencia las primeras pinturas de arte prehistórico, hace unos 65.000 años.

Toda esta historia, la de las Cuevas, la de las murallas romana y almohade, la del barrio judío, la de las iglesias cristianas, la del agua que reposa bajo nuestros pies en el Calerizo, es la que una mina de un grupo de especuladores insaciables y unos gobernantes ciegos ponen en riesgo.

Vale.

Decía el gran filósofo catalán Jaume Perich que fe es creer lo que no vimos. Y ahora, en Extremadura, o mejor dicho, en Cáceres, el Malgobierno de la Junta de Extremadura nos lleva a traer a la actualidad la frase del filósofo on the rocks.

Este Malgobierno consiente (en su sentido del siglo de Oro) que la “empresa” de unos especuladores australianos tramite su proyecto de una mina de litio esperando que ocultando el 90% de los datos haga desistir a los herejes en sus críticas y a los creyentes reafirmarse en sus creencias… y en las prácticas de sus sacerdotes.

Baste un ejemplo: la voladura tipo y las vibraciones. Se plantea la voladura tipo como un dogma. Es (será así) y punto. O te crees lo que dice el artista del proyecto o no te lo crees. Porque establece unos datos que aseguran que no habrá vibraciones que afecten a edificaciones más o menos próximos, según como estén fabricadas. Y claro los legos, los herejes, en la materia no sabremos de qué va. Si eso no fuera poco, los datos están tapados con velos negros, muy negros.

Esos velos negros, de páginas enteras, de párrafos, de líneas, de datos, nos dejan solamente dos caminos. Uno, fe en lo que no vimos, en lo que decidan los cargos públicos que nos malgobiernan. Otro, fe en los técnicos de los organismos públicos que sí parece que tendrán todos los datos, sin velos, y que los interpretarán correctamente para servirlos a los sumos sacerdotes del Malgobierno.

La pregunta es si debemos confiar en quienes nos representan en las instituciones y en los técnicos que laboran en ellas. La pregunta es si debemos tener fe en nuestros representantes, en nuestros guardianes de la fe pública. Y si no vemos los datos, cuando nos den sus decisiones, diremos como El Perich: fe es creer lo que no vimos.

Estamos, los herejes, los ciudadanos que no creemos ni en la bondad de las intenciones de los especuladores australianos ni en la transparencia y claridad de quienes aparecen como gobernantes de la ciudad y la región.

A veces, cada vez más, llego a creer que a nuestros (mal)gobernantes les inspira en sus decisiones la firme creencia que tienen en un Amigo Imaginario, un amigo al que yo imagino de enjuto rostro, sonrisa torva, gafas de ligera armadura y escaso pelo.

Vale.

Cuando la Plataforma “Salvemos la Montaña” ha hecho públicas las “condiciones” en las que el Malgobierno de la Junta de Extremadura plantea para facilitar a dicha Plataforma el ¿proyecto? de concesión directa de la llamada mina de Valdeflores, hemos conocido el grado de credibilidad no solo de dicho proyecto, sino también de la credibilidad que a los ciudadanos nos merecen los gobernantes y la confianza que podemos tener en ellos.

Hacer llegar a una parte interesada, reconocida como tal, un documento en el que prácticamente el 50% de las páginas están veladas íntegramente, y hasta el 90% inutilizable por datos ocultados es despotismo. Y nada ilustrado, por cierto.

Parece ser que el documento fue inutilizado por la empresa, que pidió al Malgobierno el velado de toda la información sensible, de un proyecto cuya sola formulación es un sensible atentado contra los ciudadanos. Y que el Malgobierno lo acatara demuestra la catadura moral y política de los que lo integran.

Hay un Real Decreto, el 975/2009, de 12 de junio, sobre gestión de los residuos de las industrias extractivas y de protección y rehabilitación del espacio afectado por actividades mineras que dice, textualmente: La información sensible de carácter puramente comercial, como la relativa a las relaciones entre empresas y sus costes desglosados, el volumen de reservas minerales de importancia económica, etc. no se hará pública.

Supongo que es en base a ese edificio al oscurantismo y puerta abierta a conductas mafiosas en el que se apoyarán la presunta empresa minera australiana y su sicariato cacereño, y el Malgobierno que nos ha tocado en suerte para velar más del 70% del proyecto.

Respecto a los conceptos credibilidad (del Malgobierno) y confianza (en el Malgobierno) habría que entenderlos recurriendo a la RAE. Dice que la primera es la cualidad de ser creíble, y que creíble es un adjetivo que significa “que puede o merece ser creído”. Ya digo que un  gobierno que se ha convertido, conscientemente, en un Malgobierno no puede ni merece ser creído.

En cuanto a la confianza, aquí tenemos ya algún elemento que nos permite alguna referencia más. Confianza es, en la primera acepción del diccionario, “esperanza firme que se tiene de alguien o algo”. La 2ª acepción es “seguridad que tiene alguien en sí mismo”, la 3ª “presunción y vana opinión de sí mismo”. Y así varias acepciones más, hasta que llegamos a la 7ª, que viene como anillo al dedo: “Pacto o convenio hecho oculta y reservadamente entre dos o más personas, particularmente si son tratantes o del comercio”.  

¿Le vais cogiendo el punto? Es cierto que esa 7ª acepción está en desuso, sobre todo porque ya quedan pocos tratantes en las ferias de ganado populares, y porque lo del comercio es expresión antigua. Antigua pero que se compadece con el citado art. 5 del RD 975/2009.

Porque el Malgobierno no merece credibilidad alguna de quienes opinamos que el proyecto minero es muy peligroso, en todos los sentidos, para la ciudad y los ciudadanos de Cáceres, y porque quienes detentan (hay que recordar que NO ganaron las elecciones, y solamente un pacto con los fascistas les dio el gobierno) las instituciones de gobierno las están desprestigiando porque carecen de la confianza de muchos, muchos ciudadanos.

La literatura jurídica y medioambiental de nuestro país está repleta de malas prácticas, cuando no mafiosas, de trileros del parquet. Porque ni el chiringuito especulativo de Sydney ni el sicariato de Cáceres pueden ser tenidos como empresas, porque en la bolsa australiana figura con 0 empleados, y en el sicariato de Cáceres son 3 (el ceo, el valls y la que coge el teléfono).

Y con esa estructura y capacidad empresarial quieren hacernos creer que son el futuro de Cáceres.

El único futuro que parece cada día más claro es el de la jefa del Malgobierno y el de los informes de Cáceres.

Vale.