Ahora que, en 2024, han dado comienzo las obras de reforma y mejora del Museo Provincial de Bellas Artes de Cáceres (Casa de Las Veletas, Casa de Los Caballos) convendría recordar alguna curiosidad conocida por estudiosos de nuestra ciudad.
En el cuaderno de campo “Notas referentes a Cáceres”, de Juan Sanguino y Michel, primorosamente editado por Montaña Pulido Cordero y Abelardo Martín Cordero para Ediciones Norba 10004, aparece la siguiente entrada:
A las entradas 18 y 61 se ha añadido lo siguiente.
Fue acaso en principios de 1912 cuando un temporal de lluvias derribó la pared del jardín de la Casa de las Veletas en el ángulo de la plazuela que está a espaldas del Convento de San Pablo y quedó al descubierto el subterráneo, que cuentan es de alta bóveda de ladrillo y bastante amplio para poder andar de pie y de frente dos hombres.
Mucho sentí no haber estado por entonces en Cáceres para tomar fotografías, medidas y hacer una exploración conveniente.
Dicen que el subterráneo se dividía en dos (en lo que concuerda con lo que alguno, según creo recordar, ha escrito), yendo un ramal hacia el huerto que en la muralla tiene Quirós, bajo el cual huerto y en el lienzo de la muralla vese un portillo cegado, y el otro ramal que pasa, añaden, bajo la casa que, en el extremo derecho de la plazuela que llaman de los Gitanos, tiene comunicación con un torreón que a ella pertenece, y enseñan en el corral de la casa un hueco tapiado, en la misma muralla, a ras del suelo, como boca de subterráneo, pero más parece de atarjea. Sin embargo, lo asevera un albañil dentro de la casa, y delante de ésta en la plazuela, junto a un pretil, señalan una gran losa que dicen tapa un registro del subterráneo.
Los autores de la edición facsímil de las “Notas…” añaden, a la descripción que hace Sanguino una nota que dice:
Ortí Belmonte, que sustituyó a Sanguino en la dirección del Museo, conocedor de la existencia de dicha galería tal vez por los manuscritos de Sanguino, al estar estos depositados en el Museo, buscó la entrada. En marzo de 1942 da con ella y la prensa local la bautizó con el nombra de “Galería de la Victoria”. Lo descubierto fue un tramo de 8 metros, abovedado, de ladrillo árabe, como ya indicó Sanguino.
Vale.