Los mineros australianos de la bolsa creen que ya han conseguido la licencia social con los euros desembolsados la temporada anterior tanto al Cáceres Basket como al Voleibol Arroyo. De hecho, para la próxima temporada esos desembolsos quedan muy reducidos. La razón parece ser que no está la caja del canguro para muchos trotes.
Y tanto.
Con una caída del valor en bolsa de las acciones de un 50% en el último año, lo normal es que recorten. Claro, que eso es muy relativo. Porque el curso deportivo pasado obtuvieron pingües beneficios, concretados en el premio que doña Guardiola les ha otorgado a mediados de junio, y que suponen un paso muy importante para su negocio.
Y tanto.
Mientras que no tenían nada, sus esfuerzos se centraron en lo que ellos llaman la licencia social. Ahora que el premio de doña Guardiola les anuncia que podrán obtener buenas subvenciones para el empleo, un trato muy favorable en las decisiones administrativas (para cualquier empresa, acortar los tiempos de tramitación es beneficioso) que se traducirán de inmediato en ahorros monetarios, o que las expropiaciones que hayan de realizarse (que las habrá, y muchos afectados aún no lo saben) se las facilitará la Junta de Extremadura.
Y tanto.
La transparencia del MuPPet de la señora Guardiola desaparece con el premio premiado, ya que, prácticamente no será necesaria licencia municipal, que se sustituirá por una mera consulta, y que el estudio de impacto ambiental, que tanto miedo les deba hace unos meses a los del sicariato de Cáceres, se allanó ya con un infame informe de noviembre del año pasado, lo de los permisos para empezar a cargarse la ciudad y la salud de los ciudadanos, será coser y cantar.
Y tanto.
Una vez que han calculado que la licencia social se obtuvo con los patrocinios del litio, y que ya están amortizados, ahora tienen ante sí la tarea de que las esperanzas y oportunidades que les da el PREMIA no se trunquen, y para ello nada mejor que cuidarse de mantener la licencia política.
Y tanto. Y lo que les cueste.
Vale.



