Sótanos bajo las encinas

cercadelasretamas —  febrero 19, 2024 — Deja un comentario

Ahora que la empresa bursátil australiana ha anunciado que ha solicitado de la Junta de Extremadura el pase a concesión directa de la supuesta / presunta mina de litio de Valdeflores, conviene recordar el último movimiento (conocido) surgido desde el Ayuntamiento de Cáceres (me refiero, claro está, a un informe urbanístico, en dos partes, una de compatibilidad y otra de no incompatibilidad.

Fue aquel informe técnico sobe el que el alcalde afirmó no tener nada que ver y que le sirvió para afirmar que lo que escribieran los técnicos bien escrito estaría. Vamos, que se marcó un dontancredismo de manual.

El informe señalaba que la mina subterránea, que se desarrollaría hacia el centro de la tierra, partiendo de una distancia de 40 metros por debajo del suelo actual.

Es de suponer que la especuladora australiana acompañará a su propuesta o lo que sea, de una solución de aislamiento del entrono de la mina que quedará delimitada por un cerramiento de alambrada, de una altura suficiente y de una distancia perimetral adecuada.

Dado que a raíz del informe de los técnicos y jurídicos municipales, se extraía la información aparecida en la prensa que la mina podría estar varias plantas por debajo del suelo natural, como si fueran varias plantas de aparcamiento.

Lo de las plantas de parking en el subsuelo es algo que he leído en algunos documentos doctrinarios, referidos a resolver teóricamente el problema urbanístico de a quién corresponde la propiedad y el aprovechamiento de subsuelo.

Esta analogía del uso urbanístico del subsuelo con el aprovechamiento de ese subsuelo para actividades extractivas no cuadra con una realidad cuya solución no aparece en los textos teóricos.

La envergadura de la presunta mina, conforme aparece señalada en el documento inicial era de unos 380 por 300 metros. En aquel documento se hacía alusión a un cerramiento de seguridad.

Bueno, pues siguiendo los “razonamientos” del informe urbanístico y jurídico del Ayuntamiento de Cáceres y de los documentos doctrinales, creo que sería innecesario un cerramiento perimetral de la mina, de esos 380 x 300 metros ya que si tenemos en consideración que el suelo natural actual tendría una altura de 40 metros, no existe ninguna actividad agrícola o ganadera que pudiera interferir con las labores extractivas a desarrollar a tanta profundidad.

Del mismo modo, algunas actividades lúdicas, de ocio o recreo que habitualmente se realizan, como paseos, espárragos, senderismo de grupos de ciudadanos, paseos fotográficos, etc., no requerirían que los terrenos que en superficie estén situados sobre la vertical de la mina estuvieran alambrados, ya que ni siquiera las raíces de las encinas o de cualquiera de otras de las especies arbóreas o arbustiva, alcancen más de los 40 metros de profundidad.

Hicieron bien los técnicos jurídicos y urbanísticos en señalar que las actividades extractivas que habrían de desarrollarse a partir de los 40 metros de profundidad hacia abajo no son incompatibles con el planeamiento urbanístico.

Al fin y al cabo, estaríamos hablando de cinco o seis plantas de un aparcamiento subterráneo, que no necesitaría de medidas distintas a las de cualquier parking de la ciudad.

Cuando he ido comprendiendo, tanto a través del informe municipal como de textos doctrinales, he llegado a la conclusión de que las actividades de la mina subterránea no molestarían ni a las margaritas de esta primavera adelantada.

Vale.

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