Archivos para September 30, 2010

Los medios de comunicación vinculan, sin ningún pudor el triunfo de Tomás Gómez en las primarias de Madrid a una derrota (batacazo, knock out…) de Zapatero. Lo hacen sin ningún pudor y sin ningún reparo. Eso sí, cuando se refieren a las repercusiones “internas” en el partido, lo hacen con el socorrido “fuentes internas”.

El proceso de elecciones primarias en un partido político es un ejercicio abierto, transparente. Esos mismos medios hacen palmas con las orejas cuando se trata de primarias… en USA. Pero cuando es el PSOE el que las convoca las lecturas, las “noticias” se vuelven medias verdades. Claro que es público que en el proceso de primarias muchos militantes se han posicionado. Unos, con repercusión en los periódicos de los cupones (Blanco, Rubalcaba, a favor de Trinidad Jiménez, ministra del Gobierno presidido por Zapatero), y otros lo han hecho a través de las redes sociales. Pero para los periódicos que compiten en promociones con bancos y compañías de seguros (no compiten por la verdad, eso sería periodismo romántico) vende el oscurantismo, la truculencia.

Vinculan la derrota de Trinidad Jiménez con una derrota de Zapatero.

Pero no vinculan, en modo alguno, la apuesta personal de Mariano Camps porque el candidato del Partido Gurtelar a la presidencia de la Comunidad Valenciana sea Francisco Rajoy, que debería estar imputado por un delito de cohecho propio si no fuera por su amistad personal, pública y reconocida con miembros del CGPJ (un vicepresidente, Fernando de Rosa, fue subordinado del propio Francisco en el gobierno de la Comunidad Valenciana) y con el presidente del TSJV, Rúa.

Pero los medios de comunicación que hacen competencia a los legítimos vendedores de cupones no vinculan el futuro de Mariano con el de Francisco.

La pregunta es: si Francisco Camps es imputado finalmente por la justicia ¿titularán los antiguos llamados periodistas que “la justicia imputa a Mariano Rajoy” por encubrimiento –político-, complicidad –política- en la Comunidad Valenciana?

La respuesta es sencilla: no. Porque eso es otra cosa. Eso afecta “a los nuestros”. No a los periodistas, sino a las empresas que les pagan y que les permiten publicar las “informaciones” que creen conveniente a sus intereses económicos… Porque la realidad es que ya el periodismo no es una noble profesión ejercida por quienes buscan la verdad y quieren difundirla objetivamente. El periodismo es una profesión ejercida por gentes a sueldo de empresas cuyo único objetivo, único, es la cuenta de resultados.

Vale.

La patronal, debidamente sostenida por las empresas vendedoras de cupones, digo de periódicos, radios y televisiones, cumple con sus obligaciones. Díaz Ferrán ha hecho su trabajo, ha cumplido su encargo y ya no es necesario. Ahora procede su relevo.

Ahora ya no les sirve. Ahora Díaz Ferrán es un estorbo para la patronal. Ha cumplido su encargo, ha servido de parapeto de una patronal cuyos directivos, propietarios y grandes ejecutivos han puesto a salvo (la ingeniería fiscal es una profesión en alza) durante estos dos años en los que el peor empresario que haya habido nunca les ha servido de distracción.

Ahora, cuando el muñeco está roto, cuando la falsa liebre ha llevado a los galgos sindicales a una huelga general sin sentido, el muñeco se tira a la basura… bueno, a una basura bien cubierta de billetes de 500 €. No hay que preocuparse por Díaz Ferrán, tendrá un dorado retiro.

Ahora, cuando la patronal y las empresas vendecupones han conseguido su objetivo arrastrando a unos sindicatos “de clase ideológica muy débil”, el señuelo se tira. La patronal, ahora, elegirá para su presidencia a un auténtico tiburón, a un auténtico capo que pueda terminar de humillar a los humillados Cándido y El Otro.

La patronal, asentada ideológicamente en la ultraderecha, apoyada por las empresas de medios de comunicación, que viven de la publicidad de la patronal (porque lo que es de vender cupones, no parece que pudieran subsistir más de un mes) determinará cómo y cuándo dará el descabello a unos dirigentes sindicales de escasa clase ideológica.

Vale.

Como todo el mundo sabe y algunos ignoran, el 22 de diciembre de cada año se celebra el Día de la Salud. Hoy, 1 de octubre, se ha instaurado en Cáceres el Día del Si Ya Lo Decía Yo…

¿A cuántos catovis no hemos escuchado hoy decir eso de “si ya lo decía yo…”? Claro, se refieren a la decisión del jurado de selección de la capitalidad europea de la cultura en 2016. Hoy, en más de una ocasión… y de dos y de tres, he escuchado esa coletilla. Y más de uno… y de dos, y de tres, les he preguntado que si estaban tan seguros, por qué no habían avisado. Sí, habían avisado.

Son esos catovis ociosos de pensamiento y de ideas que se pasan el día arreglando los problemas del mundo, de España, de Extremadura, de Cáceres… y de su barrio apoyados en la barra del bar, leyendo el periódico… del bar, porque ellos no se gastan un duro en comprarlo. Son esos que, después de leer los dos periódicos regionales, los critican.

Son esos catovis del “si ya lo decía yo…” los mismos resignados, los mismos humillados de siempre, las mismas víctimas del “aquí no se hace nada”, cuando son ellos mismos los que no dan un palo al agua.

Son esos catovis que no tienen capacidad de lucha porque nunca lo han hecho, los que no tienen capacidad de acción porque lo han recibido todo (lo poco que tienen, “virgencita de la montaña, que me quede como estoy”) sin hacer ningún esfuerzo.

Hoy, esos catovis celebran su día. Pero solamente lo celebrarán hoy, porque el año que viene, cuando hayan pasado 365 días, esta ciudad estará de nuevo en pie, con el esfuerzo de quienes no nos resignamos, de quienes no queremos que nos pongan la etiqueta de catovis, aunque tengamos más derechos históricos que muchos conversos, de muchos jóvenes que saben que la lucha es continua, o, mejor, como se decía: la lucha continúa.

La de Cáceres, la de Extremadura, con la cultura como capital. Un río que fluye permanentemente.

Vale.